El año pasado tejí el Ella para Caska como regalo de cumpleaños. Le gustó mucho el resultado, pero más me gustó a mi tejerlo así que me empezó a rondar la idea de hacerme uno. Porque chales había tejido unos cuantos, pero ninguno para mi.
Unos meses después, paseando por Milán con Caska, entré en una tienda y me enamoré de unas madejas de cashmere y merinos en color gris perfectas para mi Ella. Así que me tejí el chal y anduve por los Madriles contenta y calentita. Hasta que mi querida madre lo tomó prestado a escondidas e hizo esto:
Unos meses después, paseando por Milán con Caska, entré en una tienda y me enamoré de unas madejas de cashmere y merinos en color gris perfectas para mi Ella. Así que me tejí el chal y anduve por los Madriles contenta y calentita. Hasta que mi querida madre lo tomó prestado a escondidas e hizo esto: